Absolutamente a nadie le importaba Billy, porque a nadie le preocupan los problemas ajenos.
Solo la inocencia y la bondad de aquel niño hizo que se fijara en él. Un ser desamparado, sufriendo en mitad de la calle y que solo recibía miradas de repulsión y desdén. En cambio el niño solo vio a alguien que necesitaba ayuda.
Lo cogió entre sus manos y se lo llevó a casa.
Tan pequeño, tan frágil...y tan grande a la vez! Cada día de lo que le quedó de vida luchó! Luchó con todas sus fuerzas! Nos enseñó que nunca hay que perder la esperanza! Si no la perdía él, tampoco la perderíamos nosotros!
(unas semanas atrás) Las semanas más frías del invierno habían llegado, las noches heladas en la calle no son fáciles, hay que buscar un buen escondrijo donde cobijarse. El frío a calado en el cuerpo de Billy y se siente débil, los demás de la manada se han dado cuenta y se aprovechan de la situación. Le han quitado la comida y ahora tiene que volver a salir a buscar más, no tiene fuerzas y sigue debilitandose por el frío. Acaba por comerse cualquier trozo de comida en mal estado que encuentra, bebe de agua sucia, todo es miseria....
Los días pasan y Billy cada vez se encuentra peor, sigue alimentándose de los restos y eso solo hace que empeorar la situación. Su cuerpo ha cogido hongos y infecciones por ingerir vete a saber qué.
La infección le está debilitando y ha perdido mucho peso, no tiene fuerzas para levantar el vuelo, se cae, vuelve a intentarlo pero no, no puede.. Este es el fin, que será de él...
De pronto unas manos calentitas le rodean, un niño pelirojo de pequitas en la nariz le recoge, Billy asustado intenta picarle, no sabe qué pasa, qué quiere de él, qué le va a hacer..
Empieza la lucha, el veterinario le receta medicinas, para la infección y para los hongos. Le preparan una jaulita recogidita, una toallita pequeña donde se acurrucurá los próximos días y la luz de baja intensidad para que sienta calorcito.
Cada día luchó, se comía la papilla como si no hubiese otro día, se tomaba las medicinas sin rechistar, ya no picaba, quizás entendió que solo le querían dar amor. Se dormía debajo del chorro de luz de calor, lo intentó y luchó sin descanso. Unos días más tarde me lo encontré en la esquina de la jaula contraria a donde estaba la luz. Ya no podía más. Con las últimas fuerzas que tenía se recorrió toda la jaula hasta el otro lado. No tenía más fuerzas y quería descansar al fin. Le envolví en su toalla y lo tomé en mis manos. El casi desfallecido me miraba. Nos mirabamos. Pasaron los minutos más intensos que he vivido con él, mi corazon latía muy fuerte, lo podía sentir palpitar, sabía lo que estaba pasando, había llegado el momento. Él me seguía mirando, parece que estuvo aguantando para poder despedirse de mí.
'Lo has hecho muy bien, ahora descansa mi amor' le dije, y en unos minutos empezó a respirar algo agitado y suspiró. El último suspiro de Billy.
No pasó desapercibido para nosotros, fue importante para mí y mi familia y se fue viendo lágrimas de amor cayendo por mi rostro.
Le recordaré siempre, su fuerza, su lucha. El respeto que tan valientemente se ganó. Ahora ya descansa, en el cielo de los pájaros hay uno que fue mío, que a pesar del poco tiempo que estuvo a mi lado me dio mucho y al que quise y querré para siempre.
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